¡Último día! Pero solo de estos ejercicios, porque la marca personal es un trabajo continuo, en constante movimiento y evolución.
Hasta hoy estaré acompañándote con recorridos, pero este reto también me ha llenado de ganas para seguir produciendo contenido y sumando valor.
Debo confesar que dudé mucho en hacer o no este ejercicio como cierre. Dadas las circunstancias actuales (si lees esto en el futuro, estamos en la mitad de una pandemia) puede considerarse que es un poco dark o innecesario. Pero, después de mucha reflexión, creo que la forma ideal de terminar estos diez días en los que hemos hablado de esa huella que queremos dejar en el mundo, porque, la realidad, es que lo único que todos tenemos seguro, es que en algún momento dejaremos de “estar”.
Así que, una vez más, toma tu formato de escritura. Hoy más que nunca es importante que tus pensamientos queden por escrito. Comenzamos.
Primero, quiero que sepas, que deseo, de corazón, que el legado que estás dejando a través de tu marca personal sea positivo, que contribuya a mejorar tu vida y la de otros, que sea fuente bienestar, de crecimiento o de diversión. Pero, sobre todo, que sea algo por lo que desees ser recordado.
Así que con eso en mente, vamos a realizar un ejercicio de visualización:
Imagina que ya estás muy avanzado en la tercera edad, sano, rodeado de los que te quieren. Imagina que has tenido una vida plena y tienes la tranquilidad de saber que tu tiempo en el mundo ha sido de provecho. Pero también sabes que ese tiempo está por agotarse y por eso tomas una hoja de papel para dársela a uno de tus afectos más cercanos.
Le pides que en esa hoja escriba tu epitafio. ¿Qué te gustaría que escribiera? ¿Qué se diría de ti?
No te limites en las palabras, piensa que tendrás una placa grande, en la que podrá quedar escrito todo lo que dirían de ti, de tu huella.
Tomate tu tiempo para hacer este ejercicio y revísalo cada cierto tiempo. Es tu “yo de ahora” pensando en el “yo del futuro” el que escribe y eso puede cambiar mucho con el transcurrir de los años. Pero al ser un ejercicio para realizar con profundidad y entrega, es probable que contactes, genuinamente, con lo que es importante y con la idea real de esa reputación o ese legado que queremos que prevalezca.
Sin pensar en mandatos, en imposiciones, en miedos o en limites. Sencillamente conectando contigo.
Gracias por acompañarme estos diez días. Debo confesar que, para mí, fue un paso al vacío. Nunca había hecho nada similar y no sabía cómo funcionaría. Sé que es un momento complejo, de mucho sufrimiento y solo deseaba poder sumar algo positivo desde mi lugar en el mundo. Así que gracias. Gracias por estar y acompañarme, me llenó el alma cada palabra de apoyo que recibí.
Nos leemos pronto y aunque la semana que viene no hay ejercicios, tengo un regalo para aquellos que quieren seguir explorando su marca personal.
Nat.